La Legislatura ha comenzado el año con la decisión de avanzar con una reforma electoral en Tucumán. Al menos, así se desprende de los discursos públicos y de los primeros pasos dados por los parlamentarios. Reuniones en comisión para revisar los ejes del debate y cotejo de experiencias de otras provincias y países forman parte de la actividad sostenida en esta primera parte del año.
Las prioridades trazadas, según afirman en la Cámara, son cinco: la reducción o eliminación de los acoples, el uso de una boleta única electrónica, la paridad de género en las listas, la reforma de la ley de partidos políticos (con adecuación de las internas) y la creación de un fuero electoral. Por ahora, los primeros ejes son sobre los que está trabajando la política; en particular, el referido al método de votación.
Este miércoles en el Poder Legislativo se realizó la octava edición de Demotech, una suerte de feria electoral en la que se analiza la realidad local y los desafíos regionales, y se exponen los avances en materia de sistemas de votación. En Tucumán se exhibieron particularmente cuatro modelos: el de Salta, el de Jalisco (México), el de Brasilia (Brasil) y el de Los Ángeles (Estados Unidos). En todos los casos, la tecnología está presente ya sea de manera total o mixta, mezclando las herramientas electrónicas con las formas tradicionales de votar.
El sistema de boleta única electrónica (BUE) que se implementa en Salta desde hace más de 15 años se perfila -hasta ahora- como el favorito para ser implementado en Tucumán para los comicios de 2027. Así lo admitió el vicegobernador, Miguel Acevedo, quien destacó los beneficios de este modelo. Entre los que expuso estuvo su par salteño, Antonio Marocco. Entre las virtudes políticas, la segunda autoridad de esa provincia destacó que con la BUE deja de existir la posibilidad del robo o extravío de boletas partidarias; que se garantiza que estén todos los candidatos en el cuarto oscuro; que se puede votar con claridad, por categoría; y que el mecanismo hace imposible que se puedan marcar los votos y que haya clientelismo. La BUE, además, permite un doble control (tecnológico y físico) porque los electores tienen la posibilidad de verificar la opción elegida al comparar la impresión de la papeleta con la información que le provee la máquina donde sufraga. Se aplica, además de Salta, en Chaco y en Buenos Aires, por ejemplo.
Sin dudas, que se avance en la reforma política es un primer paso importante con vistas a la transparencia, la equidad y la modernización del proceso de elecciones en nuestra provincia. No hay dudas de que, de una vez por todas, debe encararse una discusión seria en torno de la crisis en la que se encuentra sumido nuestro sistema electoral, plagado de denuncias de fraude, de robo de boletas y de compraventa de votos, por citar unos pocos ejemplos del enorme abanico de irregularidades a las que asistimos periódicamente.
Desde luego, cualquier cambio debe darse a partir del convencimiento y de los acuerdos entre los diferentes actores de la sociedad. En particular, por el otro punto que discute por estas horas la política: cuán profunda será la cirugía en el sistema de acoples o colectoras, el gran desmadre que padecen los tucumanos a la hora de concurrir a los cuartos oscuros y el mayor punto de resistencia de un sector de la política. Según los especialistas que disertaron en Tucumán, es compatible la BUE con listas colectoras porque la pantalla permite diferentes interfaces.
El debate no puede ser menos que bienvenido. Transformar nuestro degradado sistema electoral en un mecanismo transparente y respetuoso de la voluntad popular es el objetivo primordial e impostergable.